
Con la fuerza de la vid
Enraizando en oscura tierra
Hay veces
Hay veces en que mi soledad conmuta
Con un extraodinario sentir libertario
Un misterio distante en las líneas de mi mano
Un arrullo de río que envuelve mi nivea desnudez...
Hay veces que me siento libre,
Y como un fresco goteo sube por mi pulmón
Una pulsación bombeante y silenciosa
Como una aguja de hielo derritiendose en el calor de mi cuerpo.
A veces siento el temblor de la hojarasca
La mezcolanza de pétalos y sepalos
Y un campo inerte
Tan verde que al ojo duele.
Sólo en mi soledad percibo
El aleteo sensible de mi condición
Y guardo como tesoro un pirata
Los fragmentos de estos exclusivos recuerdos.
Todos acontecidos en la placidez de mi alienación
En la tregua de mi lucha interior
Eterna batalla contra la vicaría del despreciable ruido
Ensordecedor y ciego destello
De la multitud.... de la gente...
Y esa crueldad que me fatiga
Que me absorbe, a mi
Que ando a contracorriente
Que veo tumbas en cada ciudad
Que huyo del asedio
De estas murallas de cemento.
Mi vida es una eterna noche sin sueño
Pues mi pieza no encaja en este sádico montaje
En esta insalubridad...
Quisiera ser pájaro en esta urbe
Pero como el buitre o el zorro
Condenada fui...
A no rendirme
A ser pura
En mi campana de cristal.