
Dónde quedó
Aquel ocaso en mi pueblo mediterráneo
Que plácidamente acunaba mis ojos,
Avizores y curiosos
Abrumados por mil silvestres flores
Aromas frescos, ruidos de gorriones y grillos asomaban como la noche,
A dónde se fue
Aquello que sentí en un lejano momento
Que queda tan perdido en el tiempo
Que duele al recordar.
Me hiere el alma el evocar esa niñez tranquila
Que me abandonó tan pronto...
Tan pronto empecé a perderme en oscuros recodos de mi vida.
Un vacío colosal creció en mí cual tumor enfermizo
Y me absorbió en su sino por siempre.
Mi madre dijo y redijo...
A dónde de fue esa niña...
Y así emergió la verdad en mí
Pese a todo esfuerzo, la soledad y la desgracia
La sangre de mi tristeza
Es el pan de cada día
Todo en mí es un error
Sé que nunca debería haber nacido.
Hay veces que pobre ilusa
Me creo que rozo aun que sea una brizna
De mínimo bienestar
Y cuando mejor parece, peor anochece...
He llegado al punto de partida
El vacío me ha engullido y no soy más que un fantasma
Que se desloma y se descarna,
Me hago el harakiri y aún quedan fuerzas para arrastrarme
Mala hierba, nunca muere.