dissabte, 17 de març del 2018

Dónde quedó Aquel ocaso en mi pueblo mediterráneo Que plácidamente acunaba mis ojos, Avizores y curiosos Abrumados por mil silvestres flores Aromas frescos, ruidos de gorriones y grillos asomaban como la noche, A dónde se fue Aquello que sentí en un lejano momento Que queda tan perdido en el tiempo Que duele al recordar. Me hiere el alma el evocar esa niñez tranquila Que me abandonó tan pronto... Tan pronto empecé a perderme en oscuros recodos de mi vida. Un vacío colosal creció en mí cual tumor enfermizo Y me absorbió en su sino por siempre. Mi madre dijo y redijo... A dónde de fue esa niña... Y así emergió la verdad en mí Pese a todo esfuerzo, la soledad y la desgracia La sangre de mi tristeza Es el pan de cada día Todo en mí es un error Sé que nunca debería haber nacido. Hay veces que pobre ilusa Me creo que rozo aun que sea una brizna De mínimo bienestar Y cuando mejor parece, peor anochece... He llegado al punto de partida El vacío me ha engullido y no soy más que un fantasma Que se desloma y se descarna, Me hago el harakiri y aún quedan fuerzas para arrastrarme Mala hierba, nunca muere.

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