divendres, 25 de juny del 2010


A veces las palabras se mezclan con el alcohol, desde el fondo de una botella que se vacía en bocas sedientas. Veo tu mirada y tu ansia, y sólo me dan ganas de vomitar.
Mis dedos acariciaban un cuerpo que se va alejando cada día un poco más. Las noches me duelen. Desgarran mi alma, y se quedan clavadas dentro de mí. Para después darme cuenta de que todo ha sido una pesadilla demasiado dulce. Una ráfaga de tiempo demasiado efímera. Una mirada que no llena, demasiado vacía. Una mirada que no ve más allá del ombligo. Entro en mí para dejarme al salir el sol. Subí hasta el cielo para caer en picado. Y me he quedado tirada, desabrochada, engañada.
Traicionada por palabras que vuelan y me susurran al oido. Palabras que preceden caricias. Son las que quiero oir, salen de su boca para calmar mi rabia, aunque tarde o temprano me acabo convenciendo de que son mentira. Siempre caigo en el mismo error, una y otra vez. Siempre siento lo mismo después de verte. Siempre lloro las mismas lágrimas. Siempre juro que no volveré a hablarte. Para después dejar mi orgullo a un lado.
Ya no quiero acordarme de nada más. No quiero volver a verte. No quiero sentirme idiota. No quiero subir al cielo para volver al infierno otra vez. Quiero echar de más lo que llevo tanto tiempo echando de menos. Sólo sé que no sé nada. Sólo sé que estoy enferma...de soledad.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada