dimarts, 5 d’abril del 2011

El...Antítesis

Como el resucitar de algunas noches neófitas Se divisa, a lo lejos, una esquina tintada de ecos de melancolía Un muro inquebrantable rodeado por la niebla de mi tristeza Se trata de un espejismo el espectro de aquellos tiempos que cada vez se calla más. La escala de grises me dice que se avecina la tormenta, que no se puede vencer al negro frío de la soledad desamparada. Nos amamos con tanta locura que tenía que acabar fue un oásis para mi alma un compañero, un amante, un querido, un amor, y nos seguimos diciendo adiós... Dicen lo bueno si es breve es dos veces bueno un sueño corto que hubo que arrancar tan rápidamente como llegó tan impactante como cuando empezó. Fue un idilio imperfecto que golpeó mi existencia y me dejó barriendo las cenizas de un triste desenlace Pero todo se desmorronó Nos despedimos no sé cuando Tuve que inventarme maneras de ser feliz para sobrevivir, y tener que despertar del letargo amarque me dejaste al hacerme daño El fin de todo me sigue vaya a donde vaya Me altero cuando veo tu rastro Todo tiembla. Habiendo estado como un gato acurrucado en una felicidad plácida y cálida Me cuesta enfrentarme al frío de la ausencia al cuchillo del desprecio al dolor del olvido a la pérdida de tu esencia. La palidez de la desnudez bañada por la noche y el resplandor de la luna reluciendo en el cuerpo El ruido mundano de una madrugada en una calle que fue testigo de los ojos que descifraban una silueta, que la recorrían eternamente. Cierro los ojos y vuelto a nacer Cada día, a veces, y recibo mi dosis de olvido. Me persiguen mis demonios y me puede el malestar de la enfermedad que me tuviste que provocar abandonada y humillada, disfruto de mi locura casi cuerda Y ESPERO EL DÍA EN QUE PUEDA DESPEGAR SIN MIRAR ATRÁS PARA CLAVAR UN PUÑAL A TU RECUERDO Y ARCHIVARLO EN EL MÁS RECÓNDITO DE MIS FRACASOS.

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