dilluns, 18 de novembre del 2013
Hoy es el último día
La lluvia ha barrido mi ilusión
Las calles están desiertas
y las plantas se ahogan en los balcones.
Hay pequeños segundos de vida
aprisionados en objetos
como un pájaro de hierro
y un ramo de flores secas.
El tiempo avanza, recurrente
sobre las figurillas de porcelana
el brazo de la muchacha, roto
y la pintura, desgastada
por haberse olvidado en un cajón.
El mar emite su llamada cavernosa
y ella acude puntual a su cita con el horizonte
su mano anillada y blanca
se despide de mí en un susurro
siempre atenta y compasiva, su bondad desaparece
entre la bruma y la lluvia.
Otro año pasará
sin que yo la olvide jamás
porque su yugo me ata
en un espectro de amistad
que alimenta con su abrazo a mi empobrecida voluntad.
La lejanía la engullirá
en la tempestad de la noche
y de nuevo sentiré
como la tristeza me envuelve
por cada milla que se aleja.
Una tristeza demasiado conocida,
que a veces se resiente y huye
y no quiere volver a verla
pero ella vuelve, y lleva pan y agua
a mi prisión de cristal.
Y un fresco soplo de vida
se filtra en la neblina,
y vuelvo a olvidar
que no es más que una visita esporádica,
y que su sonrisa no es mía,
que es compartida.
Dos, tres años han pasado ya
y yo la esperaré
sin saber bien por qué.
dimarts, 29 d’octubre del 2013
Dos perdedores que cabalgan libres sobre el tablero de ajedrez
o sobre una llanura inexpugnable
Dos cómplices del hedoné
Uno vacío y el otro lleno
Uno aprendiz y el otro maestro
Dos vagabundos que llenan sus barrigas de vino en un banco cualquiera de Coney Island
Y sin conocerse y sin mirarse y sin hablar
se conocen y se miran y hablan.
Dos viejos homosexuales que se pelean como gallinas
y luego se abrazan entre lágrimas como huérfanos desvalidos
Dos violinistas que pierden el tempo y la partitura
y que, poseídos por un arrebato de pasión,
tocan a ciegas las cuerdas en un vals
Dos cinéfilos compartiendo cultura en un café
Dos melómanos estremeciéndose con un solo de saxofón
Dos ladronzuelos huyendo de la horca,
dos nobles decadentes y arruinados aunque elegantes
Dos gatos callejeros sin rumbo ni hogar,
Dos borrachos que acaban en los diques del puerto
Tumbados en el suelo oyendo el murmullo del mar
y el atronador sonido del barco al partir
Todo eso somos tú y yo
dijous, 12 de setembre del 2013
VOID
El barco desasió sus largos anclajes con un ruido sordo
una mota de polvo entró en mis pupilas
y cuando al fín pude abrir los ojos
el barco se alejaba ya,
como un espejismo de muerte.
Contemplaba como la nave huía de mí
con todos mis recuerdos valiosos esparcidos por la cubierta
y todas las lágrimas aún por derramar
y las velas tintadas de negro por toda la ponzoña que se resiste
en mi interior
y la playa quedó asolada y vacía como yo
y yo sentía una devastadora a la par que extraña fuerza, casi espiritual
que, como si de una estrecha cuerda se tratase,
empujaba mi cuerpo hacia las olas del mar,
arrastraba mi alma bañada en culpabilidad.
Un sentimiento indeterminado fluye por las corrientes
algo que nunca antes había sentido
aunque, como soñadora, había percibido.
He pasado un largo tiempo rezando
lamentándome, pidiendo a gritos
que la cuerda intangible que me sostiene en tierra
me lleve a alta mar
y me conduzca a ciegas, flotando en aguas serenas
a su navío extraviado,
a un pequeño espíritu de niño
encerrado en el cuerpo de un anciano.
Se escucha en la lejanía un grito desolador
que aúlla y ladra en su sed de vivir
de agotar todo lo que unas manos puedan atrapar,
que habiéndose perdido en la tempestad de la senectud
quiera volver a sentirse insignificante y dichoso
como un muchacho moreno y de rasgos pícaros
corriendo y saltando por un árido campo siciliano.
Y yo, hechizada por un espectro desconocido,
sigo a nado la distancia inescrutable
que algún día me llevará a sus brazos.
Porque aquél niño de zapatos blancos y orejas puntiagudas
sigue encerrado en un cuerpo viejo y suave
y aún puede verse su infantil reflejo
en unos ojos brillantes y enrojecidos,
y a mí me consume la certeza de ser tan joven
y estar tan vacía y carente de vida.
divendres, 3 de maig del 2013
Es admirable la constancia del gusano al devorar un cuerpo,
Como también la del perro royendo un hueso,
Y la del pensamiento carcomiendo el cerebro.
El anochecer mediterráneo despliega sus maravillas sobre los pueblos costeños
y en primavera ya nos embarga un ensueño veraniego,
cuando las calles se llenan de gente tranquila
que disfruta de la brisa que precede la noche,
refrescante y llena de aromas de mar.
Las olas dormidas buscan la arena a ciegas,y la playa pronto se puebla
de gentes ávidas de sol.
Aún en plena tormenta se puede escuchar
el silbido del viento , que viene del horizonte lejano
y esparce en nuestro hogar nuevos corrientes.
Y siempre hay algo que recuerda a despedidas, algo vetusto y añejo, que se adhiere a los huesos y vaga en una nube de polvo, y tiñe los paisajes de color azul oscuro.
La melancolía merodea en cada calle, se percibe en las flores de los balcones, en las sombras de las farolas y en el aullido lejano de un perro, y mis recuerdos se pierden de nuevo en mis noches.
El blanco de las fachadas de las casas, las baldosas rojas de las calles, las terrazas de los bares y la música que resopla en el túnel de mis preciados fragmentos de tiempo.
Y qué triste es saber que si algo hay que evocar ya no volverá.
Hallarse separado a contra voluntad...
La nostalgia emborracha demasiado.

divendres, 8 de març del 2013
diumenge, 24 de febrer del 2013
diumenge, 10 de febrer del 2013
AFTER_________ALL*
Viva pero en trance
dispongo a desvelar
recuerdos de un ayer
demasiado lejano
Cobijada por l a nostalgia
en mi mundo de humo
humilde perdedora
reacia de mentiras
canto palabras
que provienen del pozo
donde fluctuan mis dudas
Tímido lamento
que se hace más fuerte
y lucha por sus remordimientos
débil eco al que yo respondo:
No te vayas,
no marches lejos
hacia donde mi mano
no llega ni alcanza.
Porque entonces nadie
oiría tu feroz grito,
tu eterna queja
a un mundo enterrado
en trincheras, muerto.
Tu batalla llega
a los confines del ciego
y cuando dicha estrella
explote, rezarán los ateos
y se alzarán los muertos,
pues el infierno no está preparado
para tanta guerra.
Canto yo mi nana
a un arcángel descarriado
pues nunca fue domado
su instinto desbocado
Canto yo a un sueño
más no desvanece
y no nos puede dejar.
Y cada noche desvelada
baja una perla por mi cara
una plegaria olvidada
para que el sueño proteja
mi nana de invierno.
dilluns, 28 de gener del 2013
El ebrio domador de sueños trató de usar sus manos para amortiguar la inevitable caída; más tales manos, cansadas ya de defenderse de su amo, que suficiente había atentado contra su ya frágil voluntad, desistieron su encarnizada lucha y fallaron el tiro.
Fiero ganador de pérdidas, que nunca cesa en sus intentos de reanimar una juventud que no podía ser eterna. Enfundado en su aura incandescente, como una estrella ciega,
su furor mitiga y lentamente aleja su órbita, los colosos arden demasiado aprisa y no tienen tiempo para pensar en su mañana.
Cada noche es como la última, tratando de encajar recortes de viejas películas con una vida marcada por ellas, divagando en algún momento del pasado que dejó un rastro de inmaculada belleza, para conservar en su mente la antigua fuerza que emanaba su reproducción, como pulsar el botón y ver de nuevo aquél legendario diálogo en la pantalla.
Pez que nada por corrientes cristalinas, abriendo los ojos debajo del agua para contemplar la turquesa tonalidad del fondo, aguantando la respiración hasta que no llega el aire a sus pulmones para impulsar su salida y emerger en el mundo como un nuevo ser.
Cínico, crítico y sagaz para siempre, atento y dejado, dueño de una feliz tristeza en complemento con una vasta sabiduría que recorre amplias ramas.
Cantante de madrugadas,viajero de inviernos.
Por descuido dejó un velo de luna en mis brazos, una espina del rosal de su campo, sembrado con semillas únicas.
Porque hay algo en su alma que resplandece, una verdad en sus ojos que no puede ser ignorada, que muere por ser escuchada.
Descansa en su trono por encima de todo, en su Divina Comedia que sólo él entiende, jugando con el azar y con sus límites, orgulloso de pertenecerse pero cansado de ser el mismo, porque un eco retumba en las cavidades del averno donde se cobija, y cada vez está más cerca.
Sigue buscando su instante de pureza que lo lleve hasta un tiempo lejano, donde la vida se llevaba ligera. Porque aveces la nostalgia produce una rara especie de alegría de intensidad demoledora, adictiva como una droga.
Y yo sigo aquí deseando que lo logre...
Porque soy soñadora y creo en la belleza.
dimecres, 23 de gener del 2013
diumenge, 20 de gener del 2013
Salí de morfeo,
propulsada por el temor
de que el sueño
se despertara en realidad,
porque en él los dientes caen
y la frustración no merma
Y en un espiral sin retorno
se revuelven las muelas rotas,
pedazos de identidad perdida
que mi mano no alcanza
ni yo recuerdo.
Un mundo nuevo se retuerce
dentro de cada sueño
habita en los confines
del ser dormido
y nunca vuelve a él
al amanecer.
Un extraño mezcla y remueve
la masa de delirios a su antojo.
Ilusiones, deseos
mareas de sentimientos
se vierten cada noche
cuando se pierde la consciencia.
Cruzo el umbral de la libertad
Y vuelo por fín
atada a mí misma
sin mirar a tierra
...en sueños.
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