dimecres, 24 de novembre del 2010

Debí marcharme antes, cuando la lógica me tendía emboscadas en tus ojos mentirosos,
Debí huir, cuando acaricié la ceniza de los sueños que arderan en otras camas,
En otras ciudades, tal vez cuando hablaba con la almohada, para de repente girarme y darme cuenta de que estabas a mi lado.
Supongo que una de las pocas certezas que se pasean por los infinitos interrogantes, es la que me enseña ya que nunca más amaneceremos juntos.
Mi sudor aún duerme en tu colchón, pero jamás volverás a pedirme que baje las persianas
O que no te robe el edredón cualquier enero, porque nuestro amor se volvió enero, y el edredón ya no calentaba nada.
Los pájaros esquivan presurosos las antenas y acompañan con trinos mis obscenos bostezos
mientras me lavo la cara, recuerdo cómo me despertabas, agarrándome al pretérito con más fuerza si cabe, que la de los abrazos que quisieron asfixiar la crónica de un final anunciado.
¿Para qué volver a intentar reciclar un amor inevitablemente tóxico, para qué?
Miro por la ventana y la ciudad vuelve a hacer gala de sus llamas invisibles
Como cada puta mañana, la línea del horizonte vuelve a subrayar un verso imborrable, escrito con tiempo, si no leo mal, creo que pone: Nunca más amanecereis juntos.

2 comentaris:

  1. Dios claudia es uno de tus mejores escritos ke he visto, es precioso.
    desnudando el alma, con la esencia del triste amor...me encanta, y creeme a el tambien le encantaría..
    no te digo que esperes, pero aguanta..
    ahora estas libre y puedes halzar el vuelo
    pero siempre volviendo a su hogar.
    claudia para alante :) tequiero

    nose si es porque voy ciega tambien un pokito hahaha que moñas

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  2. nnonononononononon mapi no es mio jajaja es del hasel

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