Como la flor que se marchita y se rinde al vaivén del viento
Dejando sus pétalos secos en el suelo.
Como la larva que crece hasta su madurez
Y emprende el vuelo provista de hermosas alas
Abandonando su cáscara vieja.
Así marchas tú, repartiendo cenizas
Planeando por el cielo con una sonrisa pintada en la cara
Remando hacia lo incierto
Sin más compañía que tú misma
Y la gran fuerza que reside en tu corazón.

Hermosa luchadora de causas perdidas
Tu alma está llena de luz
Y de sentimientos puros
Tu presencia me transmite sosiego
Sabiendo que contigo estoy a salvo
La bondad que reside en tu interior
Eclipsa todas tus otras cualidades

Contigo aprendí que la felicidad verdadera existe
Que aún existen buenas personas
Que aún puedo confiar en alguien
Que como tú no hay ninguna

Y quiero compartir
Un sinfín de cosas más contigo
Porque aun que nos separe el mar
Todavía quedan un millón de buenos momentos que pasar.
Que por mucho que te vayas
Sigues estando aquí.
En mí.